Un proyecto de tres años que sorprende y que facilita la comunicación
Lo que para muchos bilbilitanos ha sido una transformación silenciosa, para quienes regresan ocasionalmente a la ciudad supone una grata sorpresa. Es el caso de una vecina que, paseando esta semana por el centro histórico, se mostraba asombrada por la nueva conexión entre la Plaza de España y la Plaza del Olivo a través de la calle Rincón de Gotor, una actuación urbana que ha cambiado visiblemente esta parte del casco antiguo.
Este proyecto forma parte de un ambicioso plan de regeneración urbana impulsado en los últimos tres años por el Ayuntamiento de Calatayud y financiado en parte a través del programa EDUSI, con una inversión cercana a los 800.000 euros.
Según explicaba el concejal de Urbanismo, José Manuel Gimeno, esta intervención es el resultado de una estrategia que comenzó con la renovación de la Plaza del Olivo y el callejón de la calle San Miguel, seguida de la mejora de calles como Paloma y Ruzula, hasta culminar con esta conexión entre plazas. “El objetivo era regenerar el entorno, ganar espacio público y aumentar las plazas de aparcamiento en el casco histórico”, afirmaba Gimeno.
Una actuación con múltiples fases
La obra se inició con un estudio geotécnico que permitió consolidar y sanear la base del firme. Se demolieron antiguos solares, algunos con bodegas subterráneas que debieron ser rellenadas, y se dotó a la nueva calle de un pavimento acorde con la estética de la Plaza del Olivo. También se instalaron nuevas infraestructuras de iluminación, riego, recogida de aguas, jardinería y mobiliario urbano, en una actuación cofinanciada con fondos de DPZ PLUS.
Sin embargo, la obra aún no está finalizada. El concejal señaló que queda pendiente una segunda fase que afecta a la parte del solar que permanece libre: “Estamos en conversaciones con los propietarios para poder continuar”.
Valoraciones positivas y nuevos retos
Desde el colectivo Salvemos el Casco Histórico de Calatayud, su portavoz Ángel Silvestre valoraba muy positivamente la actuación: “Era una obra necesaria, con un solar inutilizado y abandonado. La plaza ha quedado perfecta, pero ahora se pone aún más de manifiesto la degradación de algunas zonas colindantes”.
Silvestre aprovechó para recordar otros puntos del casco que requieren intervención urgente, como la calle Tarancón Alta, que sigue con problemas estructurales desde su derrumbe en 2020.
Por su parte, el Ayuntamiento confirmó que esta actuación se enmarca dentro de un plan más amplio de recuperación del conjunto histórico-artístico de la ciudad, que contempla futuras intervenciones en áreas como los entornos de la Biblioteca Municipal y otras zonas del centro histórico.
Una transformación que, aunque a veces pase desapercibida para los vecinos más habituales, se convierte en signo evidente y muy necesario de la mejora del patrimonio urbano de Calatayud.





