Una especie incluida dentro del listado de Especies de Protección Especial y que la tendríamos presentes en los tres ríos de nuestra zona
No es algo nuevo, puesto que las señales de la presencia de castores en nuestros ríos viene desde hace varios años, pero no deja de ser un problema para algunos agricultores de la zona, que ven como estos roedores destrozan sus árboles frutales, sobre todo los cercanos a los ríos. Y es que esta especie vive desde hace tiempo en nuestra zona.
Para algunos agricultores la presencia de estos roedores es una “auténtica plaga”, de esta manera lo explica, Antonio Durán que ha sufrido pérdidas en sus perales, “el año pasado cortarían entre 18 y 22 perales de mi finca”. Una finca situada entre Paracuellos y Maluenda. “He hablado con otros agricultores de la zona y también han tenido el mismo problema. Roen los árboles más cercanos al río de tal manera que parecen cortados con hachas. Es una vergüenza y no podemos hacer nada”.
En Embid de la Ribera también han tenido problemas con estos mamíferos. Jesús Angel Hernández es otro agricultor que ha visto como sus frutales están siendo afectados por estos animales. “Nunca habíamos visto castores en el río Jalón y nos dicen que es una especie protegida. Es lo que nos faltaba a los agricultores de la zona. Nutrias si que habíamos visto en alguna ocasión pero Castores, nunca. Se cargan árboles de 80 ó 100 kilos lo que a nosotros, los agricultores nos supone volver a plantar y esperar 20 años a que estén en las mismas condiciones. En tres o cuatro años no quedará un frutal ni medio cerca del río. Está todo el río lleno”.
Otro agricultor de la ribera del Jiloca afirmaba que “hace aproximadamente 20 años que llegaron los castores y parece ser que no se considera como especie invasora cuando antes nunca los habíamos tenido”.
Medio Ambiente
Desde Medio Ambiente del Gobierno de Aragón afirmaban que “el castor está incluido dentro del listado de especies de protección especial y que por lo tanto cuentan con una capacidad de protección”.
En este intento de convivir agricultura y naturaleza desde Medio Ambiente aconsejan que “los perjudicados lo tienen que comunicar a los Agentes de Protección de la Naturaleza, para levantar actas y buscar posibles soluciones para impedir que estos animales entren en las fincas”.
Insisten en que lo más recomendable en estos caso "es ponerse en contacto con los Agentes de Protección de la Naturaleza (APN), para que visiten la zona y les sugieran medidas para evitar el paso de castores. Normalmente se trata de poner algún tipo de impedimento en el paso de los castores desde el río a la fina o la instalación de un pastor eléctrico". También pueden descargarse más información para evitar el paso en este enlace.
Una denuncia que llegó a los tribunales
La historia no es de este año, ya en el 2021 se producía una sentencia de lo Contencioso Administrativo número 5 de Zaragoza por la que la DGA se le condenó a abonar más de 424.000 euros por los daños provocados por los castores en una propiedad de finas de frutales situada entre Ateca y Castejón de las Armas.
La resolución se basaba en la responsabilidad de la DGA en el hecho de que existe una normativa sectorial de cuya aplicación efectiva corresponde a la Administración, que debe tomar medidas que hagan compatible, "en la medida de lo posible, el régimen de protección con los derechos e intereses patrimoniales de los administrados". En este supuesto, los poderes públicos deben responder de los daños causados por la gestión del régimen de protección especial que el administrado no tenga el deber de soportar.
De hecho, la sentencia, que rechaza los argumentos de la DGA, señala que la opción "aparentemente definitiva" para acabar con el problema de los castores debe pasar por el vallado perimetral de la explotación, preferiblemente con malla de simple torsión de acero galvanizado.
Los castores
Son un género de roedores semiacuáticos nativos de América del Norte y Eurasia. Engloba tres especies: castor americano, castor de Kellog y castor europero (castor fiber).
Según algunos estudios los castores europeos llevan más de 1,4 millones de años en España y convivieron con los primeros europeos en Atapuerca (Burgos), según un estudio de investigadores de la Universidad de Zaragoza.
Son animales sociables, llegando a formar grupos o colonias de hasta doce individuos, compuestas por una pareja y sus crías.
Viven en corrientes donde, a fin de conseguir agua con suficiente profundidad, construyen diques con fango y con los troncos y ramas de los árboles que derriban con sus poderosos incisivos. Generalmente eligen corrientes cuya profundidad sea de más de un metro para iniciar sus labores. En el estanque creado construyen sus madrigueras. Durante la construcción, el lodo o fango es colocado con las patas delanteras y no, como se suele creer, con la cola, la cual es empleada únicamente como timón cuando nadan y para mantenerse en pie cuando se apoyan en sus patas traseras. Para la construcción de los diques, que casi siempre hacen por la noche, los castores transportan el lodo y las piedras con sus extremidades delanteras y la madera entre sus dientes. Al nadar, se impulsan con sus extremidades posteriores, que siempre permanecen sumergidas, asomando fuera del agua únicamente su cabeza, para poder respirar y ver el entorno.