El sábado 24 de mayo Berdejo le rendirá homenaje en presencia tres de sus hijas y más familiares. eL profesor más joven de España que deslumbró con su violín
El próximo sábado, 24 de mayo Berdejo se convierte en escenario de un emocionante homenaje a Eduardo Arguedas Villarroya (1919–1992), un músico excepcional nacido en el pueblo y cuya figura había caído en el olvido colectivo pese a su extraordinaria trayectoria artística.
Eduardo Arguedas fue un niño prodigio. Con solo seis años impartía clases de solfeo y piano; a los siete tocaba el violín con tal destreza que el mismísimo alcalde de Zaragoza, Tomás Alvira, movió cielo y tierra para facilitarle el acceso a estudios oficiales. Con apenas nueve años ya ofrecía conciertos por toda la geografía aragonesa y aparecía reseñado en la prensa regional como una de las grandes promesas de la música nacional.
A pesar de que su familia se trasladó a Zaragoza, su vínculo con Berdejo nunca se rompió. A los nueve años ofreció un concierto en la casa consistorial; en 1930 regresó para cumplir una promesa de su madre a la Virgen del Río, a la que llevaron un manto bordado como ofrenda, y en 1933 fue nombrado Hijo Predilecto de Berdejo y los propios vecinos organizaron una colecta para comprarle un violín. Fue un gesto de apoyo que Eduardo jamás olvidó.
A lo largo de su carrera, Arguedas estudió en Zaragoza, Madrid y Bruselas, trabajó como concertista, compositor, profesor y formó parte de la Orquesta Municipal de Barcelona durante décadas, donde también tocó junto a artistas como María Dolores Pradera, Antonio Machín o incluso Joan Manuel Serrat. Pero jamás perdió su raíz humilde ni olvidó el nombre de su pueblo natal. En sus palabras: “Siempre llevé a Berdejo en mi corazón allá donde fui, y sentí que Berdejo me llevaba a mí en el suyo”.
Este sábado, 24 de mayo, Berdejo le rinde tributo con un completo programa que incluye una misa en honor a la Virgen del Río, un documental inédito titulado “Eduardo Arguedas: un legado musical con raíz en Berdejo”, realizado con inteligencia artificial y fotografías originales cedidas por su familia, que han facilitado recuerdos, anécdotas y materiales, y un concierto de violín y flauta con piezas compuestas o interpretadas por el propio Eduardo Arguedas, que ejecutarán dos vecinas de Berdejo, Inmaculada Escribano y Ana María Blanes. También se expondrá el manto que Eduardo y su madre ofrecieron a la Virgen en 1930, y que se conserva como parte del patrimonio de la localidad.
El acto contará con la presencia de tres de las hijas de Eduardo Arguedas y varios familiares más, que viajarán hasta Berdejo desde distintos puntos de la geografía española para participar en este emotivo homenaje. Su asistencia aporta una dimensión aún más especial al evento, uniendo la memoria familiar con el reconocimiento público de su legado.
Gracias al impulso de la Asociación Berdejana Cultural y Deportiva, junto al Ayuntamiento de Berdejo y la colaboración de las hijas y familiares de Eduardo, este homenaje pone en valor no solo la historia de un músico excepcional, sino también el papel que los pueblos pequeños han tenido —y tienen— en el tejido cultural de Aragón. Porque de lugares como Berdejo nacen historias que merecen ser contadas y recordadas.