La penademia y los pequeños pueblos de nuestras comarcas
Cuando pensábamos que nuestros pueblos estaban aislados y olvidados ha venido ese bicho que ha hecho que nuestro aislamiento fuera mayor, posiblemente muchos de nuestro vecinos estén con nosotros gracias a la costumbre de estar solos.
Nos quedamos sin Semana Santa, sin verano, sin fiestas patronales, sin juntarnos como Dios manda, nos quedamos solos y aislados y eso nos ha salvado. Gracias a esa dichosa costumbre de la soledad podremos celebrar la Navidad, eso sí, un poco atípica, pero Navidad a fin de cuentas.
Tiempos vendrán en que al podernos mover, muchos se acuerden de sus pueblos, esos que tenían olvidados y ahora se disputan para escapar del miedo y para teletrabajar escondido en el famoso granero. Sólo desear a todos que la vacuna nos afecte tanto que los pueblos vuelvan a ser, eso, pueblos llenos de vida.
Esperanza a todos y feliz año 2021, que por malo que sea……..