Aragón, sin lugar a dudas, es tierra de viento, teniendo  nombres propios para cada una de las ventoleras que nos azotan.  Por un lado tenemos el cierzo, nuestro viento más famoso y el que más molestias nos suele ocasionar.  Es un viento de componente norte, un viento frío y fuerte, que corre especialmente  en el  Valle del Ebro y en las zonas más altas, un viento que nos despeina y a veces hasta nos atonta la cabeza.

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