OPINIÓN.- Cuando un monte se quema...

Vivencias para una crisis por Manuel Martín Bueno
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“Cuando un monte se quema, algo suyo se quema Sr. Conde”, era el slogan que se utilizó por un semanario satírico español hace varios decenios, cuando todavía estaba vivo el pequeño general.



Hoy en día el titular debe ser más sencillo y contundente: Cuando el monte se quema, ES UNA CATASTROFE, sin paliativos. A estas alturas del año, especialmente seco y atípico, llevamos mas de 200.000 Ha. de terreno calcinadas, extensísimas  porciones de nuestra dolorida España, tanto continental como insular, están ardiendo por los cuatro costados y esto no ha terminado por desgracia, quedan muchos meses.

Los esfuerzos que se emplean en combatir las llamas, incendios provocados o naturales, son ingentes, pero siempre insuficientes, porque se producen de manera simultánea en muchos casos, porque se producen en territorios dependientes de administraciones diferentes con sus competencias intocables, con sus políticas distintas, con sensibilidades desiguales e incluso contradictorias y por falta de políticas eficaces de prevención.

Ayuntamientos, comarcas, provincias, CCAA, estado, etc., son demasiados y demasiado pocos para poder gestionar grandes catástrofes como estas de manera eficaz. La U.M.E., tan denostada cuando fue creada por el ex presidente Zapatero, es la novia mas deseada en cuanto arde algo que se descontrola, pero no se puede multiplicar todo lo deseable. Todo tiene sus límites. Los medios aéreos son abundantes, pero no se estiran como una goma elástica. La insensatez humana, la imprevisión, las imprudencias, los meteoros naturales, están ahí y vaya si actúan.

No entraremos en detalles hoy, pero ya lo haremos más adelante, mientras pensemos en las vidas que se han perdido, personas y animales, las casas e instalaciones agrícolas, ganaderas e industriales devastadas y reflexionemos sobre ello y sobre todo.

Nadie tiene la culpa y todos son, somos, culpables de lo que ocurre. En espera de las milagrosas lluvias aplaudamos a los que ponen sus vidas en riesgo en primera línea, es su trabajo, pero ante todo son sus vidas.

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