Una localidad que cuenta con una de las torres más bonitas del mudéjar mundial
Aunque, las fuentes arqueológicas nos acercan a que el hombre “danzaba” por el término Ateca en la Edad de Hierro, las escritas son más difusas abren el debate origen de esta localidad. Los historiadores no se ponen de acuerdo si su origen es celtíbero o romano… lo que es innegable es que su fundación es milenaria y que aparece citada en uno de las obras cumbres de la literatura medieval española… El Cantar del Mío Cid:
E paso a Alfama, la foz ayuso va,
passó a Bovierca e a Teca, que es adelant,
e sobre Alcocer mío Çid iba posar,
en un otero redondo, fuerte e grand;
açerca corre Salón, agua nol puedent vedar. (vv. 551-555)
Versos que, al parecer, se han corroborado en las últimas excavaciones arqueológicas que han descubierto vestigios islámicos del s XI además de una destrucción violenta. Pero dejando a un lado la historia, pues harían varios tomos para recogerla, os voy a llevar a ver la bellísima iglesia de Santa María recientemente restaurada.
El elemento más antiguo, singular y espectacular es evidente la torre. Pero sólo su primer tramo que destaca tanto por su singular armonía como por su espectacular decoración. Hoy en día una de sus caras queda oculta en parte por la iglesia parroquial, pero su diseño y decoración en sus cuatro caras nos hablan de que un día estuvo exenta del actual templo.
Santa María
Mi buen amigo Agustín Sanmiguel apuntó la sugerente posibilidad de que el primer cuerpo de esta torre fuese un alminar de época islámica del siglo S.XI, otros estudiosos, la datan a finales del siglo S.XIII ya en época cristiana. Yo me voy a mojar como nunca lo he hecho… y casi que le doy la razón a Agustín….perfectamente puede ser un alminar tardío, muy tardío.
La hacen diferente a las demás torres varias peculiaridades; su especial estructura con estancias superpuestas en rl interior con bóvedas que traban la estructura. Por su delicada decoración exterior, muy arcaica, que presenta arcos de herradura, esquinillas, aspas, espina de pez, arcos entrecruzados, platos de cerámica vidriada en verde y ocre, columnillas del mismo material y sobre todo los restos del revoco de yeso policromado en rojo algo muy usual en la arquitectura andalusí. Este monumento es una verdadera joya arquitectónica, poco estudiada y de inigualable originalidad y belleza que desgraciadamente perdió el cuerpo de campanas a principios del siglo XVIII cuando de añadió el actual ya de estilo barroco.
La decoración mudéjar se ve reflejada también en exterior del ábside poligonal de la iglesia, datado por mi querido amigo y maestro Gonzalo Borras hacia finales del siglo XIII o muy principios del XIV ,que corresponde a la primitiva factura del templo actual, un espacio de una sola nave cubierto de bóveda de crucería simple y con capillas entre los contrafuertes. En la primera mitad del siglo XV se decidió ampliar un tramo que alcanzó la torre, algo que volvió a ocurrir en el siglo XVI cuando se alzó otro en los pies de la nave, cubierto con bóveda de crucería estrellada, donde se ubicó el coro y se abrió la monumental portada.
A la nave central se abren diversas capillas que albergan retablos datados entre los siglos XVI al XVIII, algunos de ellos fruto del mecenazgo de familias ilustres de la localidad, como es el caso del retablo de la Anunciación ubicado en la capilla de los Ciria. Junto a ella se encuentra la Capilla de la Soledad en la que en Semana Santa se ubica el espectacular monumento, un bello ejemplo de la llamada “arquitectura efímera” de la primera mitad del siglo XVIII.
Pero de todas ellas la más espectacular es la de Virgen de la Peana que se abre a la nave con una increíble portada que nos conduce a un fastuoso interior barroco ( parcialmente oculto por un baldaquino realizado a principios del siglo XX) que sirve de camarín de la imagen de la Virgen, una delicada talla del siglo XVI. En los laterales dos lienzos con escenas de la procesión de la Virgen del siglo XVIII y un soberbio arrimadero de azulejos de esa época.
El retablo mayor fue realizado a mediados del siglo XVII y está dedicado a la Virgen. Un bello y armónico conjunto realizado entre los años 1652 y 1661. La delicada ejecución de este retablo se pone de manifiesto en la policromía y estofado de sus tallas algunas de ellas con incrustaciones de latón y cristal. Como frontal de altar un magnífico paño de terciopelo brocado en oro y bordado de imaginería datado en el siglo XVI y que forma parte del suntuoso terno de San Blas.
Presidiendo el Coro encontramos un Cristo crucificado, una magistral imagen datable a finales del siglo XIII. En un lateral del Coro se ubica el órgano, una magnifica pieza realizado en el año 1798 estilístacamente acorde con los gustos decorativos empleados durante el reinado de Carlos IV.
Pero Ateca es mucho más, callejea y descubrirás rincones como la Puerta de la Villla, el Ayuntamiento, el Castillo, la Torre del Reloj, la iglesia de San Francisco, el arco de San Miguel…. Palacios y casonas de los siglos XVII a XIX. Intenta ir en fiestas para conocer tradiciones como la Máscara, su Carnaval o su singular Precesión de Semana Santa.
Pero sobre todo disfruta del calor de sus gentes, de sus establecimientos de hostelería, de sus vinos y frutas y de algo muy, muy especial… SU CHOCOLATE, en especial el de Atienza………
Esta fue una de las últimas excursiones que hice …. Así que me parece que va a ser una de las primeras que haga cuando este mal sueño acabe…. Sed felices y quedaos en casica…