La despoblación y la pérdida de puestos de trabajo hace mella en los habitantes
FRANCISCO TOFE.
La desesperación entre los habitantes de los municipios que forman la Comarca del Aranda es cada día más latente. Una desesperación acrecentada por la pasividad de las administraciones ante la despoblación y la pérdida de puestos de trabajo que dan como consecuencia, un futuro incierto en esta zona que tejió su economía en la Industria del Calzado. Una industria que está sufriendo una crisis galopante en los últimos 20 años, y que ahora se ve aumentada por la crisis sanitaria de la Covid19.
Muchos habitantes opinan que en las últimas dos décadas poco se ha realizado para atajar esta sangría laboral con más de 2.000 puestos de trabajo que han desaparecido, junto con unas 80 empresas que se han visto obligadas a cerrar. Datos a los que hay que sumar las aproximadamente 1.000 personas que también han tenido que salir de la comarca en busca de un mejor futuro laboral.
“Por un futuro en nuestros pueblo”, fue el lema bajo el que más de 3.000 personas reivindicaron el derecho de los habitantes de la zona. Una manifestación que tuvo lugar el 1 de marzo de este año y que ofreció esperanzas para que la voz del Aranda se dejara oír en las administraciones regionales. Desde entonces, se han cerrado dos empresas más del sector del calzado con otro centenar de trabajadores en la calle, mientras se continúa demandando soluciones.
Una zona un tanto dejada por las administraciones
Hace unos treinta años la zona no contaba con buenas infraestructuras y comunicaciones, pero había trabajo en los pueblos. Ahora, se cuenta con polígonos, se van mejorando algunas comunicaciones pero lo que falta son industrias para llenar estos polígonos. Si antes se fabricaba calzado, ahora se puede fabricar cualquier otro producto, hasta incluso en Illueca se pone a disposición terrenos para realizar naves adecuadas para cualquier tipo de empresa.
Ante esta situación ya no son tan solo los jóvenes los que buscan trabajo fuera de la Comarca del Aranda, sino que con los últimos cierres de empresas dedicadas al calzado, personas de 50 años también han tenido que salir para mejorar su situación laboral.
Se hace necesaria, urgente, una reindustrialización adecuada para frenar la despoblación en una comarca que exige soluciones urgentes.
