GENTES DE LA COMARCA.- Jesús María Roy Martínez y el misterio de dominar el fuego y el hierro

La comarca y sus gentes
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Conocimientos de familia a través del “tío Malacara”



Bilbilitano de pura cepa, Jesús M.ª Roy Martínez se trata de una persona conocida en la ciudad. Algunos lo recordarán por su actividad deportiva en sus tiempos más jóvenes en los que practicó con destreza deportes como el fútbol o el atletismo. Hoy lo que queremos es acercarles una faceta quizás menos conocida pero para él no menos importante, “la forja, o el trabajo de dar forma al hierro”.

De familia de herreros y el tío Malacara
No es casualidad que Jesús Roy cuente con un taller de forja en la calle Ronda Campieles, puesto que proviene de una familia de herreros, de ahí su amor por el fuego y el hierro.  “Esta ocupación y la pasión por la misma me viene desde pequeño, pues ya prácticamente desde que sabía andar bajaba al taller que mi familia tenía en los bajos de la casa de la Plaza del Carmen, en la que nací y viví los primeros años, taller al que se accedía por la puerta de la Calle San Marcos, justo enfrente del horno del señor Isidro el panadero”.
Su abuelo pudo marcarle de alguna manera esa pasión que más tarde comenzó a cultivar. “Tendría yo cuatro o cinco años de edad, más o menos, cuando quedé impresionado al ver sacar del fuego de la fragua a mi abuelo Jesús (Jesús Roy escolano, el “tío Malacara”) una barra de hierro con la punta al rojo vivo, y posteriormente darle caprichosas formas a golpe de martillo sobre un yunque. Él fue mi primer maestro en lo que a la forja propiamente dicha se refiere”.
Si esos fueron sus inicios, después contó también con la ayuda de su padre, además de realizar distintos cursos de formación. “En la fábrica de tubos, aprendí con mi padre, José Luis (José Luis Roy Camarero), las primeras nociones de mecanizado y soldadura (necesarias sobre todo para cortar y empalmar las bovinas de acero con las que se fabricaban después los tubos), nociones que actualmente utilizo y combino con las técnicas más tradicionales de forja.
Completé mi formación realizando cursos de Forja Artística Contemporánea, Mecanizado y Soldadura en el Centro de los Oficios de León y de Soldadura Integral en la Fundación San Valero de Zaragoza”.
En su caminar por la vida y tras heredar ese amor por la fragua, también intenta que esta tradición familiar tenga continuidad con sus hijos, aunque eso sí, siempre respetando los gustos y el tiempo libre de los mismos. “Procuro transmitir estos conocimientos a mis hijos, chica la mayor (15 años), y chico el pequeño (13 años). Vienen al taller cuando ellos quieren, yo no les fuerzo, que es lo mejor, y hacen sus trabajillos y me ayudan y, sobre todo, me hacen muy feliz en esos momentos. En alguna ocasión, también han participado conmigo en alguna feria o demostración. Ellos, como es normal, están centrados en sus estudios y emplean su tiempo libre en la práctica de sus deportes favoritos y disfrutando con sus amigos”.

        



Actividades y trabajos
La realidad es que este trabajo artesanal posiblemente no pueda dar para vivir y nuestro protagonista cuenta con otra actividad laboral, aunque siempre que puede dedica parte de su tiempo libre en estar en la fragua, además de ofrecer demostraciones y charlas sobre este trabajo. “He participado en varios Encuentros de Herreros, Recreaciones Medievales, Demostraciones de Forja, Muestras de Oficios Artesanos y he impartido Talleres de Iniciación a la Forja para alumnos del Colegio Benedicto XIII de Illueca, del Instituto Leonardo de Chavacier de Calatayud y para mis alumnos del Instituto Comunidad de Daroca, en el que actualmente trabajo, así como a particulares”.
En este tipo de eventos no le suelen faltar anécdotas e incluso sentimientos, sobre todo cuando los más mayores le cuentan e incluso se arriman a trabajar con él. “estos encuentros sirven especialmente para que la gente conozca este bagaje cultural y artesano que ha sido fundamental durante siglos y que actualmente, por desgracia, corre el peligro de pasar al olvido.
Es muy enriquecedor el contacto con la gente y el intercambio de impresiones: me llena de satisfacción la reacción de la gente mayor que empieza recordar su infancia y juventud, cuando ayudaban al herrero del pueblo (en todos los pueblos había por lo menos uno) por ejemplo a soplar con el fuelle que avivaba el fuego en la fragua. Algún señor mayor se pone por propia voluntad a dar martillazos conmigo y se emociona, y yo con él, claro… También es gratificante el mostrar y explicar estas técnicas a gente más joven que no las había visto nunca, y sobre todo a los niños, alguno de los cuales muestran el asombro y la admiración que sentí yo de pequeño en el viejo taller familiar”.



La televisión y los programas de armeros
Alguna cadena de televisión a través de sus programas de armeros ha conseguido al menos acercar un poco más el mundo de la fragua. “No tiene mucho que ver con lo que hacemos nosotros (sobre todo son programas para cuchilleros y armeros), pero han servido para que la gente que los ha visto se haya interesado por este mundillo”.
Jesús nos incidía en esta charla en las muchas diferencias que existen entre estos programas televisivos y la realidad de los herreros. “Una diferencia fundamental con lo nuestro es que, en esos programas, utilizan fraguas de gas. Por lo tanto, el control, del fuego no tiene mucho que ver con nuestro tradicional dominio del fuego proporcionado por el carbón. Aunque sí que es cierto que al final, en un futuro no muy lejano, todos tendremos que forjar con gas, pues el uso del carbón mineral tiene los días contados debido a su toxicidad”.
Otra de las diferencias que en ocasiones enoja a este herrero bilbilitano son los nombres y los términos, puesto que en estos programas en muchas ocasiones se confunden. “A la fragua en sí, donde quemamos el carbón y colocamos el hierro para calentarlo, le llaman forja, y te hacen comentarios como este  “…qué se te apaga la forja…” . Y esto a mí no me gusta. No puedo evitar el corregirlos e indicarles “qué eso, es una fragua, no una forja”, “forja, es el trabajo que estamos realizando, es el conjunto de técnicas que empleamos y el resultado final de nuestro trabajo”. Este aspecto es lo más, vamos a decir negativo, de estos programas que, por otro lado, cumplen su labor de divulgación.
Yo creo que el error está provocado por la traducción del inglés al castellano: creo que en inglés sólo existe una sola palabra, la palabra “forge”, tanto para este trabajo en general como para la zona donde se calienta el hierro. Nosotros en castellano, tenemos las dos palabras bien diferenciadas, fragua y forja, y las queremos seguir utilizando”.

Y entre sus compañeros, TOKI, Tomás Ibáñez Abejez
Cuando Jesús se refiere a su compañero de fatigas y aficiones, Tomás Ibáñez Abejez “Toki”, lo hace con un punto de admiración no exento de amistad. “Desde hace aproximadamente unos siete años, comparto la participación en algún encuentro de herreros, demostración de forja, realización de algún encargo y, sobre todo, muchos, muchos, muchísimos martillazos y buenos raticos de forja con el compañero y amigo TOKI (Tomás Ibáñez Abejez), extraordinario herrero, también por familia y por sí mismo”.

  



Trabajos habituales de un buen herrero
Entre los trabajos más habituales de Jesús Roy se encuentran todos aquellos relacionados con la rejería (rejas para ventanas, balcones, cerramientos…), mobiliario de jardín, elementos tradicionales para la iluminación, herrajes para puertas, elementos para chimeneas y por supuesto, la fabricación y reparación de herramientas como martillos, cinceles, cortafríos, tenazas, aperos…
Dentro de sus numerosos trabajos artesanales, por que el buen herrero sigue siendo artesano, algunas piezas siempre las mantiene en su recuerdo. “Me siento bastante satisfecho con las rejas para ventana y los balcones que hice para una casa de Paracuellos de Jiloca, con alguno de los crucifijos y candelabros por mí forjados y también, como es lógico, con todas aquellas herramientas que he fabricado y que han respondido siempre bien cuando han sido utilizadas para sus correspondientes labores”.


Conocer el fuego para trabajar el hierro
Para un buen herrero es fundamental conocer el comportamiento del hierro, su respuesta, ante las diferentes temperaturas a las que se somete. “ La mayor parte de los trabajos de forja se realizan en caliente, aunque no todos a la misma temperatura.
No es lo mismo curvar un hierro que retorcerlo o afilarlo. Saber la cantidad de calor necesaria, la temperatura más adecuada que tiene que alcanzar el hierro para los diferentes trabajos, es la clave para realizarlos con éxito y esto se consigue, sobre todo, con la práctica: horas y horas de éxitos y fracasos si bien, estos últimos, cada vez y con la práctica van siendo afortunadamente menos frecuentes”.
Controlar el fuego y la fragua es otro de los valores del buen herrero “Controlar el fuego del que vas a extraer el calor que se administrará al hierro. Para ello, también la práctica es fundamental: muchas horas y muchas pruebas. Lo principal es concentrar el calor en una zona reducida del fogón de la fragua en la que colocarás solamente la parte del hierro que quieres calentar. La clave está en formar un cráter en el carbón encendido, rociando con pequeñas cantidades de agua ese carbón, alrededor de lo que será el cráter. La parte mojada con agua no arderá y el calor se concentrará dentro de cráter y allí colocaremos la porción de hierro que nos interesa. Este es el principal truquillo para dominar el fuego”.
La protección y la seguridad son otros elementos que hay que dominar y sobre todo tenerlos siempre controlados. “Durante estas largas horas de trabajo a lo largo de los años, es normal el haberte hecho algún daño, algún golpe (martillazos, sobre todo) o alguna herida (por cortarnos con el hierro) y sí, también, algún quemazo (al alcanzarte alguna chispa, o al coger en alguna ocasión algún hierro demasiado caliente). Por eso no hay que descuidar los elementos de protección y seguridad, como los guantes o el mandil de cuero y un calzado de seguridad.
Normalmente a la mayoría nos gusta forjar, mientras es posible, sujetando las piezas de hierro a mano desnuda, pero llega un momento en el que es necesario usar los guantes y las tenazas o pinzas de fragua, ya que si no es así te vas a quemar.
También muchos de nosotros, sobre todo los que tenemos poco pelo, nos protegemos la cabeza con pañuelos, gorros o boinas, como es mi caso. De esta manera evitamos que las chispas nos quemen en la calva”

Datos básicos sobre la Forja
Para ayudarnos a entender todo lo relacionado con la fragua, Jesús Roy nos acerca también las definiciones más básicas de los elementos que intervienen en la misma:

DEFINICIÓN.
La forja es el trabajo que se realiza al forjar y FORJAR es dar forma al hierro, fundamentalmente en caliente.

MATERIA PRIMA.
Tradicionalmente la materia prima, el material que se trabaja en los procesos de forja, el material al que se le da forma, ha sido el HIERRO.
    1. En la actualidad, más que el hierro propiamente dicho, se utiliza principalmente el ACERO (aunque, en muchos casos, le sigamos llamando hierro), que se diferencia del hierro, sobre todo, por su mayor contenido en carbono (entre el 0,1 ó 0,2% y el 1,7%).

HERRAMIENTAS.
Al hablar de forja, pensamos en un EQUIPAMIENTO BÁSICO formado por la FRAGUA, el YUNQUE y el MARTILLO.
Y, junto a ellas, las TENAZAS o PINZAS DE HERRERO y el TORNILLO DE HERRERO (o TORNILLO DE FUEGO).
Éstas son las herramientas fundamentales, las básicas (sobre todo las tres primeras) para realizar los trabajos tradicionales de forja pero, lógicamente, se utilizan otras muchas más, que se pueden considerar como HERRAMIENTAS AUSILIARES:
    • Tajadera de yunque.
    • Tajadera de mango.
    • Cinceles, buriles y cortafríos.
    • Sierras de arco para metales….
    • Limas.
    • Garras y grifas.
    • Punzones.
    • Macho, mazo o mallo.
    • Cizallas.
    • Clavera.
    • Tases.
    • Estampas.
    • Útiles para retorcido, doblado y enrollado.
    • Llanas.
    • Destajadores.
    • ……….

    2. PROCESOS BÁSICOS.

    • Para comenzar a trabajar: Encendido de la fragua.
    • Trabajando el hierro:
              - Afilado.
              - Estirado.
              - Laminado.
              - Recalcado.
              - Retorcido.
              - Enrollado.
              - Hendido.
              - Acanalado y degüello.
              - Punzonado.
              - Uniones:
                         - Remachado
                         - Abrazaderas
                         - Soldadura a la calda
              - ……….
    •   Tratamientos térmicos:
             - Temple.
             - Revenido.
             - Recocido.
           -       Acabados:
                              - Pintura.
                              - Barniz.
                              - Pavonado.
                              - Oxidado.

Con la combinación de estos principales procesos y técnicas básicas, se puede realizar cualquier tipo de trabajo de forja, por aparatoso que sea, desde un elemental afilado y temple de un cortafrío, hasta la construcción de una monumental reja para una catedral, por ejemplo.

Estas son algunos de encuentros en los que ha participado:



Recreaciones medievales:
(Todas en la provincia de Zaragoza, excepto la de Nogueras)
      Jarque de Moncayo, 2017 y 2018.
      Alhama de Aragón, 2017.
      Torralba de Ribota, 2018.
      Nogueras (Teruel), 2021.
      Alfonsadas de Calatayud, 2018, 2019 y 2022.

Muestras de oficios artesanos:
(Todas en nuestra comarca, excepto las de Maranchón)
      Maluenda, “Crónicas de un Pueblo”, 2016.
      Sediles, 2017.
      Sabiñán, 2016, 2017, 2018 y 2019.
      Jaraba, 2018.
      Belén Viviente, Ariza, 2018.
      1ª y 2ª Feria del Tratante, Maranchón (Guadalajara), 2019 y 2022.

Con todo esto y sobre todo con mucha dedicación y horas de trabajo es posible que todos podamos valorar un poquito más cualquier trabajo de cualquier herrero de nuestra comarca y las diferencias que nos podemos encontrar con el trabajo realizado a conciencia de un buen artesano que conoce los secretos del fuego y del hierro.
Desde luego, el que escribe no ha parado de aprender a lo largo de todo el artículo y conversación, aprendiendo también a valorar y mantener uno de los oficios más tradicionales de nuestra zona.

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