Un 24 de junio de 1.973, María del Carmen Gómez Uriol, de 23 años, fue asesinada por su ex pareja de tres disparos. El hijo de la víctima y el hermano de María del Carmen preparan un documental sobre el suceso y del sufrimiento que hay detrás de estos casos
Una de las lacras de nuestra sociedad nos lleva a la violencia de género. Situaciones de las que normalmente pensamos que somos ajenos a la situación o que a nosotros eso no nos va ocurrir. Sin embargo esta violencia cuenta siempre con protagonistas en primera persona y otros a los que le toca vivir el después de estas situaciones, personas con nombres y apellidos que en muchas ocasiones se tienen que enfrentar y superar a dilemas existenciales. Son en definitiva también, víctimas de esa violencia de género.
En este caso nos tenemos que desplazar en el tiempo hasta un 24 de junio de 1.973. Día en el que María del Carmen Gómez Uriol, de 23 años y con un hijo de dos, fue asesinada por su ex pareja de tres disparos a quemarropa, como respuesta a su valentía y defensa de su dignidad y libertad. Fue un suceso que conmocionó Calatayud. 50 años después todavía parte de la familia de esta bilbilitana continúa intentando cerrar sus heridas.
Esta mañana en COPE CALATAYUD hemos contado con el testimonio de ese pequeño, por entonces, niño de dos años, al que le privaron para siempre del acompañamiento de su madre, Alejandro Gómez, que junto con su tío, Alberto Gómez Uriol están terminando el proyecto de que vea la luz un documental sobre la vida de María del Carmen Gómez Uriol.
El suceso ocurría hace 50 años en Madrid, donde se encontraba María del Carmen estudiando Farmacia. Al salir del piso donde residía, su ex pareja la disparó tres veces causándole la muerte. “Nos lleva a grabar este documental una necesidad vital. Mi tío Alberto, es documentalista y queremos recuperar la memoria de mi madre, que está esparcida entre los recuerdos de mucha gente. Mi tío lleva unos 30 años trabajando en este largometraje, el rodaje prácticamente lo tenemos acabado y tan solo nos queda el montaje de este documental que tendrá una duración de una hora y media aproximadamente”, le explicaba Alejandro Gómez, hijo de la víctima a nuestra compañera Cristina Alcalde.
Víctimas sobre víctimas
Como contaba Alejandro, “mi madre solo tenía 23 años. Su ex pareja la esperó en el rellano inferior del piso, la disparó tres veces, la última se acercó para rematarla. Yo tenía tan solo dos años y medio y no tengo ningún recuerdo de ella”. Fue, desde luego la primera víctima de este lamentable suceso. No la única. “La relación con mi padre ha sido muy complicada. A mí me contaron la historial real a los 18 años, durante ese tiempo he vivido temporadas con mi padre, sabía que algo había ocurrido pero no sabía el que. Cuando me encuentro con la historia verdadera, se genera un choque en mi cabeza que he tardado mucho en resolverlo. Todavía sigo acudiendo a profesionales y por fin puedo hablar de ello. Hace muchos años que he dejado de tener relación con mi padre”.
El documental
Es un viaje emocional para romper el silencio que ha cubierto durante décadas la memoria de Mª Carmen y reconstruir, entre todos los recuerdos individuales, una memoria colectiva y compartida de ella.
La memoria de una vida que afrontó en sus últimos años con un enorme coraje, dignidad y valentía luchando por una vida libre y por el amor hacia su hijo.
El peso de la ausencia es también un documental sobre la pérdida, sobre la supervivencia ante lo incomprensible y sobre los estragos que causan en el entorno de las víctimas los asesinatos por violencia de género. Una realidad pocas veces contada, ocultada habitualmente y ante la que la sociedad suele cerrar los ojos. También sobre las consecuencias de su entorno.
Con esa necesidad de rememorar el recuerdo de una madre, de una hermana. Tío y sobrino comenzaron el objetivo de dar a conocer la historia y sobre todo de recopilar toda la información para completar un documental en su recuerdo y en su homenaje. “La grabación nos ha ayudado a curar nuestra heridas. Mi madre siempre ha sido para mí como un ángel, pero tenía miedo a conocerla y este documental es una forma de descubrirla y de alguna manera hacerle también justicia. Mi madre fue enterrada dos veces y no queríamos una tercera: la primera tras el asesinato; la segunda por el silencio puesto que nunca se habló del tema en mi casa. Tanto mi tío como yo no queríamos volver a enterrarla otra vez y si contar su historia para que las próximas generaciones la puedan conocer”.
El documental se ha rodado básicamente en Calatayud, Madrid y Almería. Se ha rodado como contaba Alejandro en lugares que para ella representaban mucho, “el Casino Bilbilitano, pensamos que fue un lugar significativo en la vida de mi madre, un lugar donde se reunían para celebrar fiestas y por lo tanto momentos felices para ella; en el cerro de San Roque, en el Paseo Cortes de Aragón y en el interior de una vivienda”.
Campaña para terminar de financiar el proyecto
Actualmente el documental se encuentra en la fase de montaje y elaboración del guión, el resto ya está acabado. Desde hoy y hasta el 27 de octubre se ha abierto una campaña de crowdfunding, con la intención de recibir pequeñas ayudas que posibiliten completar el trabajo, que se tiene previsto presentar en enero del próximo año. Como nos contaba Alejandro, “institucionalmente no hemos recibido ayudas excepto una pequeña de la Diputación de Almería. Estamos en la fase de montaje y con ayuda externa a la que ahora no tenemos acceso el documental mejoraría muchísimo”. Por ello han lanzado esta campaña a través de una web especializada como es Verkami. En esa página poniendo el nombre del documental, “el peso de la ausencia”, se puede ayudar con una pequeña aportación. “Hay una serie de niveles de aportación y a partir de una pequeña cantidad de dinero se puede ayudar. La campaña estará abierta 40 días, hasta el 27 de octubre”.
Para enero Alejandro Gómez tiene previsto el tener el documental completamente finalizado y desde luego presentarlo y darlo a conocer a distintas productoras. Uno de los lugares, desde luego será Calatayud.