CALATAYUD.- Muxianos y bilbilitanos, unidos por el Congrio y por las sogas

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Una tradición de cambio que comenzó en el siglo XII y que todavía se conserva en Muxia, donde sus secadores venden prácticamente el 80% del congrio en Calatayud

Muxía y Calatayud mantienen desde el siglo XII, aunque los primeros asientos históricos que se conservan en el Ayuntamiento de Calatayud datan de 1.446, una curiosa relación entre el congrio y las sogas. Intensa relación en los siglos anteriores y curiosa en la actualidad puesto que en Muxía tan solo se mantienen dos secaderos de congrio y el 80% de su producción sigue estando destinada a establecimientos bilbilitanos.

La historia se remonta al siglo XII según algunos historiadores y al XV según otros. El congrio fue moneda de cambio de los pescadores gallegos para comprar cuerdas y cabos de cáñamo a los sogueros de Calatayud.

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Muxía y Calatayud se encuentran separadas por unos 800 kilómetros y para que el congrio no se estropeara en el trayecto, los pescadores gallegos comenzaron a secar el congrio. Un alimento muy necesario en unos tiempos muy restrictivos por la religión católica, que por ejemplo obligaba a mantener abstinencia 140 días al año.

Conforme avanzó la historia avanzaron también los medios de transporte. Poco a poco se fue limitando el tiempo de viaje y de esta manera, también, comenzó a languidecer la industria de los secaderos de este animal en Galicia, de tal manera que en la actualidad tan solo existen dos secadores que funcionan, ambos en Muxía.

Junto con la evolución de los medios de transporte, la industria del cáñamo y de la cuerda también fue perdiendo presencia en Calatayud, sin embargo la relación comercial entre ambas localidades se ha mantenido en el paso de los años, ya que estos dos secadores que todavía funcionan basan más del 80% de sus ventas en Calatayud, donde el congrio sigue siendo un componente importante en varios de los platos bilbilitanos.

Secar alimentos para conservarlos y poder transportarlos y una industria que en su día fue floreciente en Calatayud, las sogas y el cáñamo, dos factores que unen a localidades tan distantes como Muxía y Calatayud.

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